Con un plantón en Medellín, trabajadores de trasteos pidieron poder trabajar

En el sector conocido como El Chagualo, zona céntrica de la capital antioqueña, trabajadores que se dedican al servicio de mudanzas, en todo el territorio nacional, realizaron una protesta pacífica para llamar la atención sobre la problemática que enfrentan desde hace dos meses y que los tiene aguantando hambre junto a sus familias.

En un video que circula en redes sociales, un vocero de los manifestantes, argumentó que inicialmente los obligaron a suspender actividades por la contingencia ambiental decretada por el Área Metropolitana, debido a la mala calidad del aire en los diez municipios del Valle de Aburrá. La situación se complicó con el período de aislamiento preventivo obligatorio para evitar la expansión de la pandemia mundial del coronavirus.

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Por ello, las personas que tienen como actividad económica las mudanzas o trasteos a nivel municipal, departamental y nacional, le solicitaron al presidente de la República, Iván Duque Márquez que, en medio de la cuarentena, les permita seguir laborando con unos protocolos estrictos de bioseguridad.

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 Aseguraron los trabajadores de las mudanzas que, ellos son conscientes que la salud y la vida prevalecen sobre los demás derechos fundamentales consagrados en la constitución, pero necesitan medios de subsistencia, porque sí no les permiten laborar talvez no mueran por COVID- 19, pero sí de hambre, pues no tienen otra forma de ganarse la vida.

Hace pocos días, el gremio de los peluqueros que también está afectado por el encerramiento obligatorio, le propuso al Ministerio de Salud, que les permita abrir, con estrictos controles, más de 100 mil establecimientos que existen en el país y del cual dependen miles de familias.   

Aseguraron que, a partir de la reapertura de los negocios, implementarían el protocolo de bioseguridad con el uso obligatorio de tapabocas, guantes y gafas. A esto se suma la toma de temperatura en la entrada, espacios de dos metros entre silla y silla, plataformas para reservar turnos con menos clientes por día para desinfectar los elementos utilizados, como mecanismo de autocuidado para todos.

Mientras que el laboratorio de la Universidad Eafit y la Corporación para Investigaciones Biológicas apoyan parcialmente el proceso.