Luego de 17 años una familia encuentra el cuerpo de su ser querido desaparecido en Antioquia
¿Sentiste por mí amor de padre? Fue la pregunta que por 17 años se hizo Willy, el hijo de Gildardo de Jesús Restrepo Arango.
Además de esta pregunta hubiera querido saber por qué su padre se fue, por qué no estuvo en su infancia, jugando al fútbol con él, celebrando la navidad, o estando en el día del padre, pero por fin luego de tanta espera Willy pudo llevar el cuerpo de su padre en un cofre hacia la iglesia de Titiribí, Suroeste de Antioquia.
Corría 2006 y Gildardo se enteró de que su nombre estaba en una de las temidas listas del Frente Suroeste de las Autodefensas Unidas de Colombia, en las cuales se le amenazaba de muerte.
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Y para salvar a quienes más amaba, huyó de su pueblo y limitó totalmente los vínculos que tenía con sus hermanos, padres, su pequeño hijo y el pueblo que lo vio nacer y donde creció.
A pesar de los esfuerzos que hizo Gildardo por proteger su vida, fue asesinado en Santuario Risaralda en abril de 2013, y fue gracias al trabajo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) que después de toda esta travesía Gildardo pudo unirse de nuevo con su familia.
“La Unidad de Búsqueda de desaparecidos, está haciendo la entrega del cuerpo a su familia, dando un paso hacia la reparación y el derecho a la verdad que su familia tiene, porque la búsqueda repara”, mencionó sobre la entrega de Gildardo, Gloria María Araque, coordinadora UBPD Medellín.
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Luego de tener los primeros indicios del paradero de Gildardo, sus hermanos, e hijo se desplazaron desde Cali, los municipios de Entrerríos, de Venecia, Bolombolo y de Titiribí para enterrar a su hermano asesinado.
Flor Mari Restrepo, hermana del Gildardo, mencionó esto sobre el reencuentro con su hermano, a quien cuidó desde que era pequeñito y lo recuerda en su juventud por tener un lindo cabello negro y ondulado.
“Nosotros sentimos un descanso, hace muchos años no sabíamos de él, a todos nos tocó aportar, en cada momento y noche era un sufrir pues no sabíamos dónde estaba, pero ya cuando tuvimos los primeros indicios de dónde podía estar Gildardo tuvimos un poco de descanso, se continuó la lucha pero llegamos a un final feliz, porque aquí lo tenemos, tenemos nuestro hermano”, recordó Flor Mari Restrepo.
De igual forma, Flor Mari expresó que ya podía decir que en tal osario estaba su hermano, y podían llegar hasta allí y estar con él. Contó también que Gildardo fue una persona muy trabajadora, y que desde muy temprana edad como no estudió se dedicó a la minería: “sé que él va a descansar en paz, es una paz para todos”, dijo con nostalgia.
En el suroeste de Antioquia hay un universo de 1.642 personas dadas por desaparecidas, según datos de la Unidad de Búsqueda.
De igual forma, hasta el momento se han logrado recuperar, con corte al 30 de junio, 881 cuerpos que han sido entregados a Medicina Legal para su respectiva identificación.