Por estafas en internet, aseguran a dos cabecillas de red internacional
Un juez impuso medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de Arquímides Boscan Romero y Carmen Alicia Cáceres González, como presuntos cabecillas de una organización criminal colombo venezolana dedicada a estafar a través de redes sociales en Colombia.
En el año 2016 en Medellín se instauraron varias denuncias por estafa bajo el mismo modus operandi. Las víctimas compraban celulares de alta gama que promocionaban en perfiles falsos de redes sociales a muy bajo costo o en promociones 2x1. Cuando los clientes consignaban el dinero, inmediatamente eran eliminados para que de dichos perfiles no presentaran comentarios negativos. Los artículos nunca fueron entregados.
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En la investigación coordinada por un fiscal de la Estructura de Apoyo de la capital antioqueña, el Cuerpo Técnico de Investigación de Medellín con el uso de la herramienta Watson de la Fiscalía logró asociar 92 denuncias en todo el país por este mismo delito. Entre ellos hay 22 casos en Antioquia, 21 en Cundinamarca y 10 en Norte de Santander, entre otros.
Los señalados cabecillas fueron capturados en Maicao por servidores del CTI Seccional Medellín para que respondan por los delitos de concierto para delinquir agravado, en calidad de cabecillas y estafa en masa agravada.
Recientemente, la Policía de Medellín capturó a ocho personas, entre ellas un venezolano, quienes se hacían pasar como integrantes del “clan del golfo” para hurtar automotores a personas que los reseñaban para ventas en internet.
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Entre los detenidos aparecen los supuestos cabecillas, León Humberto Orrego Marín, Alexis Becerra Rentería y Juan Carlos Moncada, así como el venezolano, Ángel Rafael Nava Colina. También fueron capturados, Jhon Humberto Idárraga Obando, Alexander Betancourt Flores, Nefer Antonio Serpa López y José Enever Correa Aguilar.
Los delincuentes contactaban a los vendedores, acordaban una cita para mirar las condiciones del vehículo y en el recorrido esgrimían armas de fuego, para intimidar a las víctimas y apoderarse del automotor.