Mujeres indígenas y afrocolombianas participan de la trigésima versión de Colombiamoda, con proyectos productivos, que desarrollan en su proceso de reparación tras ser víctimas del conflicto armado en varias regiones del país.
Con el emprendimiento Kirrima, que consiste en la producción de artesanías en chaquiras, se hace una representación de las comunidades Embera Chamí y Katío, retornadas a los resguardos de la Puria y el Alto Andágueda, en Chocó.
"Yo vengo de una comunidad de Bagadó, Chocó. Estas artesanías son nuestro cultura. Fuimos víctimas de grupos armados ilegales y del Estado. Nos vinimos desplazados por la violencia a la ciudad", dijo una de las participantes.
Mientras que la empresa Shuska, que diseña y elabora prendas de vestir y biojoyas con semillas propias de la Amazonía y la región del Pacífico colombiano, también incluye a sobrevivientes del conflicto.
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En esta versión, la expectativa es superar los 169 millones de dólares en oportunidades de negocios registrados en 2018 en Colombiamoda. La programación incluye muestra comerciales, 22 pasarelas, 50 puestas en escena, citas de negocios, exposición de marca y el Pabellón del Conocimiento.
Acompañamiento a víctimas
Luz Patricia Correa, directora de Asuntos Éticos de la Unidad para la Reparación a las Víctimas, aseguró que la entidad apoya ambos emprendimientos para que participen en la feria de la moda más importante del país con el fin de fortalecer sus diseños y la comercialización.
"Hoy estamos en la versión 30 de Colombiamoda en Medellín, acompañando estas dos iniciativas productivas. Esperamos que puedan hacer negocios para que sus comunidades sean sostenibles y gocen de sus derechos, como es la responsabilidad del Estado", señaló la funcionaria.
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La Unidad para la Reparación a las Víctimas ha acompañado a 212 comunidades en su proceso de retorno. Hasta este momento se mantienen 196 comunidades retornadas o reubicadas en sus territorios, que equivalen a 38.937 personas con acompañamiento.