¡No coma de cuentos! Lo que debe saber sobre algunos mitos en la prueba de alcoholemia
La prueba de alcoholemia es una herramienta esencial en la prevención de accidentes de tránsito, especialmente en zonas urbanas como Cartagena. Sin embargo, alrededor de este procedimiento circulan varios mitos que confunden a los conductores, por eso aquí entregamos algunos de los más comunes desmentidos por el Departamento Administrativo de Transito y Transporte (DATT):
1. "Masticar chicle o tomar café elimina el alcohol del aliento": uno de los mitos más extendidos es que consumir chicle, café o incluso mentas puede engañar al alcoholímetro. La realidad es que estos productos solo enmascaran temporalmente el olor, pero no reducen la concentración de alcohol en la sangre. La prueba de alcoholemia mide directamente el nivel de alcohol en el aire exhalado, no los olores o sabores.
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2. "Beber agua o respirar profundamente antes de la prueba reduce los niveles de alcohol": algunos creen que beber grandes cantidades de agua o realizar respiraciones profundas puede diluir el alcohol en el cuerpo. Sin embargo, el agua no tiene impacto sobre la metabolización del alcohol. El único método seguro para reducir los niveles de alcohol en la sangre es el tiempo: el cuerpo necesita tiempo para procesar el alcohol.
3. “Hacer ejercicio o sudar reduce los niveles de alcohol en la prueba de alcoholemia”: si bien es cierto que una pequeña cantidad de alcohol se elimina a través del sudor, la orina y la respiración, estos métodos representan una fracción mínima en comparación con el trabajo que realiza el hígado. Realizar actividades físicas intensas no tiene un impacto relevante sobre los niveles de alcohol en sangre que mide el alcoholímetro. Es un mito pensar que correr una maratón, ir al gimnasio o sudar copiosamente acelerará el proceso de desintoxicación del alcohol en el cuerpo.
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4. “Comer después de beber alcohol reduce los niveles en la prueba de alcoholemia”: comer después de beber puede ayudar a mitigar algunos efectos del alcohol, como la sensación de embriaguez, ya que los alimentos en el estómago pueden evitar que el alcohol continúe siendo absorbido tan rápidamente. Sin embargo, esto no influye en los niveles de alcohol en sangre, ni reduce lo que una prueba de alcoholemia detectaría.
Por su parte, el DATT informó que, “la única forma de estar seguro es no conducir si has bebido. Las pruebas de alcoholemia son precisas y confiables, y no se pueden engañar con trucos”.