Algunas adolescentes de las comunas más vulnerables de Medellín reciben 300 mil pesos de turistas extranjeros, tal vez para calmar el hambre o quizás para ponerse un mejor vestido o presumir la cuota para un nuevo celular.
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Esas risas de esas mujeres inocentes, que cambiaron las muñecas por el labial, la pestañina y el rubor, por la alegría y la ternura, solo les queda el dinero que reciben a cambio de un rato.
Esas imágenes de niñas se desvanecen cuando sus ojos iluminados con el rostro de George Washington cambian de color. No todo es dinero, es la necesidad de cientos de adolescentes que encuentran en ese oficio la única alternativa de llevar plata a sus hogares, así lo reconoció un investigador de la policía, quien sabe que, pese a la lucha para capturar aquellos pedófilos, hay una grieta en varias familias antioqueñas. La falta de diálogo, la pobreza y necesidad, genera que algunas adolescentes tomen la ruta de la explotación sexual.
Uno de esos eslabones que refleja la problemática social, fue el instante en que Dominick Divencenzo, un exmilitar estadounidense fue descubierto por la policía en un lujoso penthouse del barrio Laureles de Medellín con dos menores de edad. Ellas sabían que iban a tener sexo con el extranjero a cambio de los regalos y las innumerables fiestas combinadas con drogas.
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Con la mirada hacia arriba, un investigador de la policía de Medellín reconoció que la explotación sexual va más allá de capturar aquellos pedófilos que se aprovechan de los problemas sociales, de las gritas familiares y novedad de las familias pobre de la ciudad.
No es un problema menor, la explotación sexual es una “papa caliente” que creció de tal magnitud que la ética y el respeto familiar se perdió. Es tal la crisis que recientemente la policía capturó a una madre de familia de 38 años, responsable de obligar a su hija a tener encuentros sexuales para llevar comida a su casa.
! Trae comida o trae comida, era la intensión de la mujer que exponía a todos los vejámenes a su propia hija adolescente. Así lo explicó el comandante de la policía Metropolitana, general Oscar Andrés Lamprea. A la adolescente entre los 16 y 17 años años le pagaban entre 150 mil y 200 mil pesos. La madre despiadada no le temblaba la mano para coordinar hasta ocho encuentros semanales para que la niña fura explotada
La Mesa contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes aterrizó esta problemática en Medellín. Según un estudio entre los años 2012 y el 2022 hay una tendencia al alza en el número de casos de explotación sexual a menores, La mayoría de las víctimas son adolescentes entre 14 y 17 años,
Iván Muñoz, conocedor del tema y quien participó en este estudio, reconoció que muchas de las personas fueron víctimas de abuso sexual, en algunos casos se convierten en victimarios. Hay que buscar crear diálogo en la familia, proteger a nuestros niños desde el respeto, decía un investigador de la policía que encuentra en estas cortas palabras la solución a la explotación sexual. Manifestó que su lucha por capturar pedófilos continúa. Sin embargo, cree que este círculo vicioso no va a terminar mientras la gritas familiares no se cierren en las comunas de Medellín