Proteger la flora nativa, el llamado a la ciudadanía durante esta Feria de las Flores

El Centro de Conservación para la Biodiversidad (CCB) La Aguada, que está ubicado en la vereda Media Luna del corregimiento de Santa Elena de Medellín, cuenta con más de 74 hectáreas y está compuesto por la Casa de la Aguada, un bien de interés cultural y patrimonial construida en 1879, además de los antiguos caminos de Bocaná y el Caunce, sendero ancestral que comunicaba a Medellín con la región del oriente, un vivero de 527 metros cuadrados con una capacidad de producción de casi 90 mil plantas, un herbario, la Espermo-carpoteca, zona de manejo de semillas y otros espacios que hacen posible la actividad de viverista. 

Según Corantioquia, este Centro de Conservación es epicentro y plataforma de las diversas acciones de protección de la flora y la fauna silvestre que abarcan los 80 municipios en los que tiene jurisdicción la corporación.   

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El CCB La Aguada cuenta con 16 colecciones de plantas vivas, que son jardines compuestos por una o varias especies de importancia ecológica y sociocultural como lo son: la Palma de Cera, Helechos Arborescentes, Magnolias, Yarumos e incluso el poco conocido Pino Colombiano, todas especies de gran importancia para nuestros ecosistemas, también este espacio es utilizado como lugar de liberación de fauna silvestre. 

“Como entidad que trabaja por el cuidado ambiental en gran parte de Antioquia queremos sumarnos a la celebración más importante de Medellín, la Feria de las Flores, resaltamos su tradición y la cultura silletera, y aprovechamos además para reiterar la necesidad de cuidar nuestros bosques, nuestra flora, conectarnos por la vida significa también comprometernos como antioqueños a preservar las especies, en especial las propias del territorio y así lo hacemos en Corantioquia”, afirmó Liliana María Taborda González, directora general de Corantioquia. 

La Espermo-carpoteca o colección de frutos y semillas es otro de los espacios relevantes del centro de conservación, en este lugar se almacenan más muestras de 300 especies que habitan los ecosistemas altoandinos, los ecosistemas del bosque seco tropical y algunos ejemplares de bosque húmedo tropical. 

En este escenario empieza la labor de conservación de la flora silvestre nativa; donde los profesionales de Corantioquia se encargan de conocer e investigar las diferentes estrategias que utilizan las plantas en la dispersión de sus semillas, en las condiciones requeridas para que la vida de esa planta sea viable, determinantes como la temperatura, tipo de suelo, posibles consumidores y otros factores bióticos y abióticos, para lograr el éxito en la germinación. 

Para conocer nuestra flora es importante la clasificación de las especies, y por eso, de acuerdo con Corantioquia, acá juega un rol transversal el Herbario para sistematizar muestras de plantas propias de la jurisdicción, con información del lugar de colecta, con presencia de flores o frutos. 

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El material vegetal que se produce en la red de viveros corporativos se usa para los proyectos de restauración ecológica propios y de aliados estratégicos, enfatizando en aquellos de donde proviene la semilla, enriqueciendo los bosques. 

Acciones para aportar al cuidado de la flora nativa 

• Comprar madera legal. 

• Contribuir a disminuir las cifras de deforestación a través de plantación de especies nativas. 

• Hacer aprovechamientos responsables de flora nativa. 

• Participar de espacios formativos.  

• Evitar la siembra o propagación de especies de flora invasora.