Para muchos, los gatos se han convertido en la mejor compañía y la mascota preferida, gracias a su independencia y su bajo requerimiento de atención, características que los distinguen notablemente de los perros.
No obstante, en cuestiones emocionales, los gatos tienden a ser menos expresivos. Mientras que los perros suelen manifestar su tristeza a través de sus acciones, los gatos suelen retirarse a lugares más apartados para descansar, evitando la compañía.
Es crucial reconocer ciertas señales que puedan indicar que nuestro felino amigo está experimentando un episodio depresivo.
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¿Cómo identificar si mi gato está deprimido?
Según Zooplus Magazine, los síntomas de la depresión en los gatos no difieren mucho de los observados en los humanos. "La falta de energía, la apatía y un estado de ánimo generalmente bajo son los principales indicadores de la depresión".
Por lo tanto, es esencial estar alerta si nuestro gato muestra alguno de los siguientes comportamientos:
- Evita el contacto físico habitual.
- Duerme en exceso y exhibe apatía constante.
- Pierde interés en jugar, incluso con su juguete favorito.
- Rechaza su comida preferida, a pesar de tener el plato lleno.
- Reduce su acicalamiento habitual.
- Si es un gato de exterior, pierde interés en explorar el vecindario o salir de excursión.
- Presenta cambios en su carácter.
Ante la presencia de alguno de estos signos, lo más adecuado será llevar al gato al veterinario para que pueda realizar un diagnóstico preciso de la situación.
¿Qué origina la depresión en los gatos?
Las causas de la depresión en los gatos pueden ser diversas, como un cambio de residencia, la llegada de un nuevo animal, la pérdida de un miembro de la familia o la falta de interacción social.
¿Cómo tratar la depresión en gatos?
El tratamiento para la depresión de un gato será determinado por el veterinario. Sin embargo, se sugiere complementarlo con las siguientes acciones:
- Dedicar al menos 30 minutos diarios a jugar con el gato.
- Hacer que se sienta útil mediante actividades interactivas.
- Brindarle caricias y masajes suaves para relajarlo.
- Aumentar su exposición al sol y a la naturaleza.
En última instancia, la recomendación más importante es estar atentos a nuestras mascotas y pasar tiempo de calidad con ellas.