La comunidad médica y científica se encuentra asombrada luego de un caso que fue reportado por The New England Journal of Medicine, el cual menciona como un joven tuvo que sufrir amputaciones en sus miembros inferiores luego de que hubiese sufrido una fuerte infección bacteriana, adquirida por haber consumido un plato de pastas y pollo en mal estado.
El joven de 19 años tuvo que ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, según comenta en el documento la Dra. Alexandra T. Lucas, debido a que presentaba shock, insuficiencia multiorgánica y erupción cutánea.
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El artículo médico reporta que el joven se encontraba bien 20 horas antes de su admisión “cuando desarrolló dolor abdominal difuso y náuseas después de comer arroz, pollo y sobras de una comida en un restaurante. Ocurrieron múltiples episodios de emesis, con vómitos que eran biliosos o de color marrón rojizo. El dolor abdominal y los vómitos fueron seguidos por el desarrollo de escalofríos, debilidad generalizada, mialgias difusas que empeoraron progresivamente, dolor torácico, dificultad para respirar, dolor de cabeza, rigidez en el cuello y visión borrosa. Cinco horas antes de este ingreso, se desarrolló una coloración púrpura de la piel y un amigo llevó al paciente al departamento de emergencias de otro hospital para su evaluación”.
Todo parece indicar que el joven había pasado los últimos días quedándose en la casa de un amigo, y no había tenido exposición a animales o personas enfermas, solo había visitado la playa y un local de música.
Por su parte, al momento de la admisión de este joven, su amigo indicó que había comido el mismo alimento, algo que habían pedido por domicilio a un restaurante, y que había presentado vómito, pero no se había enfermado después de eso. No obstante, se supo también que el paciente, si bien no presentaba alergias a medicamentos y tenía todas sus vacunas, tenía en sus hábitos el fumar dos cajetillas de cigarrillos a la semana, fumaba marihuana diariamente, y consumía alcohol al menos dos veces por semana. También usaba drogas para uso recreativo, pero ninguna ilícita.
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Ya en el Hospital General de Massachusetts se le diagnosticó que tenía una infección bacteriana agresiva causada por Neisseria meningitidis, la cual finalmente terminó ocasionándole gangrena en algunos dedos y en sus dos piernas, razón por la cual los médicos optaron por la amputación de dichos miembros como parte del tratamiento para salvarle la vida.