Los riesgos de bañarse todos los días, según estudio de Harvard

Bañarse es un hábito que muchos hacen todos los días en diferentes culturas, pues se considera que es fundamental para la higiene personal. No obstante, de acuerdo con investigaciones hechas por la Universidad de Harvard, mencionan que no es tan necesario o al menos esa es la discusión que ha plantado.  

La investigación revela que bañarse todos los días puede tener un impacto adverso en el cuidado corporal de las personas, ya que algunos lo hacen con regularidad porque les preocupa el mal olor, su proactividad en las jornadas laborales y tras una larga jornada de ejercicios. 

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Aunque la frecuencia de baño dependerá mucho de cada persona, su estilo de vida determinará que tan seguido puede hacerlo, pues si tiene una vida activa o vive en zonas calurosas, ducharse diariamente le ayuda a eliminar el sudor y la suciedad.  

En cambio, si usted tiene una piel sensible, lo más recomendable es tener una frecuencia menor para mejorar la salud de la piel.  

Lo importante es mantener el equilibrio en esta práctica, por lo que debe analizar si es necesario hacerlo a diario, pese a que es fundamental tener una buena higiene.  

Riesgos de bañarse todos los días 

El estudio de la Universidad de Harvard destaca que “la piel normal y sana mantiene una capa de grasa y un equilibrio de bacterias "buenas" y otros microorganismos”, por lo que revela algunos riesgos o peligros sobre bañarse todos los días. 

• Piel irritada y picazón: la ducha excesiva con agua caliente y jabones fuertes pueden tener efectos negativos en la piel, ya que elimina los aceites protectores de la piel, generando resequedad. 
• Sequedad y agrietamiento en la piel: esto puede hacer que las bacterias y alérgenos produzcan infecciones y reacciones alérgicas. 
• Jabones antibacterianos: usarlo con frecuencia puede matar las bacterias importantes, produciendo la aparición de organismos más repelentes que son reacios a los antibióticos. 

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Recomendaciones para el momento de bañarse 

Temperatura del agua: Asegúrese de usar agua tibia en lugar de agua caliente para evitar irritaciones o resequedad en la piel. La temperatura ideal es alrededor de 36 a 38 grados Celsius. 

Productos de cuidado de la piel: Elija jabones y productos de baño que sean suaves y adecuados para su tipo de piel. Evite aquellos que contengan ingredientes agresivos o irritantes. 

Duración del baño: No se bañe durante períodos prolongados, ya que esto puede eliminar los aceites naturales de la piel y causar sequedad. Un baño de 10 a 15 minutos es generalmente suficiente. 

Cuidado del cabello: Utilice champús y acondicionadores adecuados para su tipo de cabello. Evite el uso excesivo de productos químicos y el lavado diario, porque esto puede dañar el cabello y el cuero cabelludo. 

Secado de la piel: Después de bañarse, séquese suavemente con una toalla suave en lugar de frotar vigorosamente. Esto ayudará a preservar la humedad natural de la piel. 

Hidratación: Aplique una crema hidratante o loción después del baño para mantener la piel suave e hidratada. Elige productos que sean adecuados para tu tipo de piel. 

Recuerde que estos son consejos generales y es importante adaptarlos a sus necesidades individuales. Si tiene alguna condición de la piel o preocupaciones específicas, es recomendable consultar a un dermatólogo para obtener recomendaciones personalizadas.