Siete comunidades indígenas, conformadas por 977 personas, se encuentran confinadas en zona rural de Dabeiba, occidente antioqueño.
Las víctimas temen movilizarse por la presencia de grupos como el ELN y el Clan del Golfo, y por el riesgo de pisar una mina antipersonal. Una misión helicoportada llevó trece toneladas de alimentos no perecederos y elementos de aseo personal a los resguardos afectados.
El director de la Unidad para la Reparación a las Víctimas en Antioquia, Wilson Córdoba Mena, explicó que las ayudas humanitarias mitigarán el confinamiento de las comunidades emberá, hasta que regresen a sus tierras.
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"Esta ayuda humanitaria garantiza la seguridad alimentaria y manutención para mitigar el confinamiento en estas comunidades emberá, gracias a la gestión con un consorcio de cooperación internacional hasta que los indígenas puedan volver a labrar sus tierras”, señaló.
El funcionario agregó que están atendiendo a los indígenas porque, "queremos que nunca más se vuelva a repetir la afectación a nuestros indígenas en estas zonas del Occidente para que ellos puedan labrar su tierra y producirla".
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Por miedo, los indígenas permanecen en sus resguardos y no salen a realizar sus actividades de agricultura, caza, pesca y pequeña ganadería, lo que les dificulta acceder a los alimentos. Según la Unidad, se estima que la misión terminará este viernes, con al menos 20 vuelos, debido a que las comunidades están en zonas muy alejadas.
Un confinamiento similar ocurrió en marzo de este año en Dabeiba y afectó a 1.000 indígenas, muchos de ellos niños y mujeres embarazadas. Esta zona es un corredor estratégico para conectar al Chocó con el Urabá antioqueño, territorio que está en disputa por las rutas del narcotráfico.