Acompañamiento a los desplazados en Cáceres, Antioquia.
Acompañamiento a los desplazados en Cáceres, Antioquia.
Cortesía Gobernación de Antioquia.
5 Sep 2020 04:23 PM

Consejo Noruego acompaña a los desplazados de Cáceres, Antioquia

Johanna
Ramírez Gil
Las familias huyeron por presión de grupos armados ilegales.

En una escuela del corregimiento El Guarumo de Cáceres, permanecen 203 núcleos familiares compuestos por 701 personas, quienes huyeron de la isla La Amargura. Al lugar llegaron delegados de la Gobernación, la Unidad de Víctimas y el Consejo Noruego para atender a estos desplazados, muchos de ellos, niños, mujeres embarazadas y ancianos.

Más información: Doce mil pasajeros se han movilizado por los aeropuertos de Rionegro y Medellín

La directora de Derechos Humanos de Antioquia, María Fernanda Posada, aseguró que tras un Comité de Justicia Transicional, se acordó brindar la atención humanitaria a los desplazados y gestionar con la fuerza pública garantizar las condiciones para su retorno.

"En este momento contamos con un censo preliminar de alrededor de 700 personas que se encuentran en la vereda El Guarumo. Estamos de la mano de la Unidad de Víctimas, de Cooperación Internacional con el Consejo Noruego, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público, que han hecho un seguimiento muy cercano", señaló.

Un grupo armado ordenó a los habitantes de la isla abandonar el territorio. En la zona hay injerencia de Los Caparros y  del Clan del Golfo. Tropas de la Séptima División del Ejército llegaron hasta el lugar para garantizar la seguridad de la población civil. Sin embargo, las personas temen regresar a sus casas.

Lea además: Pensaban robarse 50 millones de pesos en joyas de una vivienda en Apartadó y fueron capturados

Indígenas

Un total de 120 indígenas hacen parte de los 700 habitantes de la isla La Amargura  que permanecen en el corregimiento El Guarumo.  La comunidad pasa la noche en una escuela rural, en espacio reducido y sin agua potable, así lo denunció la Organización Indígena de Antioquia (OIA). 

Esta población es víctima de las “confrontaciones armadas, ataques indiscriminados, extorsiones, trabajos comunitarios obligatorios, acceso limitado a servicios básicos, reclutamiento forzado y  confinamiento en sus viviendas entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana", señaló el documento.