Petro y Sarabia: Una relación de confianza y poder que retomará su rumbo en el Gobierno

El presidente Gustavo Petro ha hecho saber en sus círculos más cercanos que Laura Sarabia es de su entera confianza y representa la eficiencia y eficacia que requiere su Gobierno para funcionar, por eso la llevará nuevamente a trabajar de su mano, esta vez para dirigir el Departamento de Prosperidad Social (DPS).

El regreso de la funcionaria a la Casa de Nariño se da en momentos en los que él mismo ha aceptado entre líneas que su agenda y su manera de funcionamiento, como Jefe de Estado, dependía en muchos casos de la manera en la que Sarabia le llevaba, no sólo la agenda, sino también el lenguaje de trabajo con los ministros.

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“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada (Laura Sarabia) se retira del Gobierno”, con esas palabras Petro le dio salida el pasado 2 de junio en medio de una tormenta política y judicial por el uso aparentemente irregular del polígrafo.

La confianza entre Petro y Sarabia no sólo se tradujo en una relación de trabajo, por lo eficiente que resultó ser, sino que se tradujo en una de poder que escaló hasta el punto en que era ella quien definía cómo, hasta cuándo y en dónde debía hablar el Jefe de Estado y de esa forma saber traducir el "Gobierno del Cambio" que se hizo elegir en las urnas.

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A pesar de que la ex jefa de gabinete ya no volverá nuevamente al tercer pido de la Casa de Nariño, a ocupar la única oficina que colinda con el despacho de Petro, sí regresará reencarnada en otro rol que es, por cuanto menos, igual de poderoso si de presupuesto se habla.

El Departamento de Prosperidad Social tiene un presupuesto superior a los $6 billones para el año 2023, que se traduce en el funcionamiento de programas sociales como familias en acción, renta ciudadana y jóvenes en paz que son bandera de Gobierno.

Sarabia, ya no estará igual de presente como lo será Cielo Rusinque en el despacho de Petro, pero sí lo seguirá estando en el anillo más cercano del mandatario, como siempre lo estuvo durante su tiempo de ausencia física, en temas como su agenda más privada de familia, sus contactos y la forma de sortear las crisis que se volvieron la génesis del Gobierno.