Piden garantías para niños indígenas que comen basura en Puerto Carreño
Tras la difícil situación de la comunidad indígena Amorúa, especialmente de los niños, quienes sobreviven a diario comiendo basura en el relleno de Puerto Carreño, Vichada la Defensoría del Pueblo de ese departamento y la Personería de ese municipio reconocen que este pueblo no tienen garantizados sus derechos por parte de las autoridades civiles: ni regionales ni nacionales.
Esta tribu, integrada por uno 700 indígena, se caracteriza por ser nómada y por eso no viven en un solo sitio.
Se movilizan transitoriamente entre Colombia y Venezuela, confirma la defensora del Pueblo del Vichada Aura Upegui.
"Ellos viven en el pueblo Puerto Carreño porque es un sitio de paso para su acostumbrada migración, además de la oferta ambiental que le ofrecen las cosechas de diferentes frutos" expresó Aura Upegui, Defensora del Pueblo de Vichada.
Comer de las basuras, es una de las tantas problemáticas que enfrenta esta comunidad, sin embargo, no es la única, dice la Defensoría
Se conoció que los niños y jóvenes pertenecientes a esta etnia, enfrentan también amenazas de posibles reclutamientos de grupos al margen de la ley.
"Algunos de estos chicos corren el riesgo de ser reclutados por grupos armados ilegales, además de ser en su gran mayoría, víctimas de despojo en lo que se configuran desplazamientos" enfatizó la funcionaria de esa entidad.
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Por su parte la Personera de Puerto Carreño Norbis Segura hizo un llamado a todas las autoridades especialmente al ICBF para que actúe y proteja los derechos de esos niños y niñas indígenas Amorúa.
"Yo todavía no he visto el primer padre sancionado, por llevarse a sus hijos todo el día a reciclar, a pasar hambre, en vez de dejarlos con su madre para que puedan alimentarse mejor.
Dijo la personera que tampoco ha visto una iniciativa del ICBF o de la Gobernación, para crear un comedor comunitario en el que los niños Amorúa tengan donde comer y estar todo el día mientras sus padres reciclan.
“No solo un comedor comunitario para que se alimenten, sino también para que puedan acceder a una buena educación y recreación. Eso hace falta en el municipio, una articulación por parte de las autoridades”... La condición de esta población indígena y de los niños pertenecientes a la etnia Amorúa es muy triste y vergonzosa, pero no es una situación novedosa para ninguna institución”, dijo la personera.
Según las autoridades del Vichada el primer problema que antecede a esta situación de los Amorúa, es la crisis migratoria dado que muchos de estos indígenas partieron de esas tierras buscando un mejor futuro en el vecino país, razón por la que salieron del país desde hace más de 20 años en busca de mejores oportunidades, pero que por la misma crisis venezolana se vieron obligados al municipio.
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“Ellos llegaron acá nuevamente sin documentos y esa es la primera barrera que les impide acceder a los servicios y la política pública que ofrece el municipio”, dice la Personería.
Ante las denuncias, comer de las basuras, es una de las tantas problemáticas que enfrenta esta comunidad, dado que se conoció por parte de las mismas autoridades que los niños y jóvenes pertenecientes a esta etnia, enfrentan también amenazas de posibles reclutamientos de grupos al margen de la ley.