Psiquiatras prenden alarmas: ¿Por qué algunas personas prefieren muñecos de trapos como compañía?
En la lejana aldea japonesa de Nagoro, los humanos son remplazados por muñecos de trapo para servir de compañía a algunos de los habitantes de la zona.
Es ‘el pueblo de los muñecos’. Así se le conocen a esta aldea en el Valle de Iya, en la isla de Shikoku, la cual se ha convertido en un atractivo para los turistas.
Sin embargo, más allá del atractivo turístico y de la intrigante historia que encierra el 'pueblo de los muñecos', la pregunta que queda sobre este fenómeno es por qué lo hacen. ¿Acaso es consecuencia de un trastorno social colectivo?
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Para Jeffrey González, profesional en psiquiatría, estas conductas de imponer una realidad alterna en muñecos como objeto de compañía se debe a la soledad que viven cada vez más los seres humanos en la sociedad actual.
‘La modernidad nos lleva a comunicarnos con una persona que está al otro lado del océano, pero en los contactos físicos y directos estamos cada vez más alejados’, afirma González.
Ayano Tsukimi, de 67 años, notó una disminución en el número de habitantes por lo que decidió reemplazar a las personas que solían vivir en Nagoro por muñecos, según indica la cadena británica BBC.
Nagoro (Japón), una aldea con apenas 40 habitantes, combate la despoblación con muñecos de trapo de tamaño natural que representan a los fallecidos o a los que se fueron. Ubicados en casas, calles o paradas, realizan labores cotidianas y ya superan a las personas reales pic.twitter.com/TcGvL4osRT
— Christian Sellés (@chselles) April 6, 2019
En la psiquiatría, según González, se considera que en estos tiempo que ‘‘la vida se ha vuelto más agitada, se denota este tipo de conductas y respuestas que tienen algunas personas, frente a una realidad lo cual puede estar relacionado con un trastorno mental’’
El caso Colombia
Nagoro no es el único lugar donde existen los muñecos de trapo como compañía. En Bogotá, la capital colombiana, se ha viralizado en redes sociales a ‘Tatiana’, una muñeca de trapo que es presentada esposa de Cristian Montenegro, quien la fabricó y quien además dice tener dos hijos, ambos son también muñecos de trapo.
González analizó justamente los hechos ocurridos la primera semana de abril, cuando Cristian Montenegro llamó a una ambulancia pidiendo asistencia para su esposa, la muñeca de trapo, argumentando que tenia ‘desmayos’.
"Cuando una persona sufre por un objeto inanimado, hay que intervenir, sin duda alguna", dijo el profesional.
También en Brasil
Otro caso ocurre en Brasil: por la plataforma Tiktok Meirivone Rocha, una mujer brasileña, anunció que iba a contraer matrimonio con su pareja -también un muñeco de trapo-. Lo que sorprendió fue que, a los pocos días, hiciera el anuncio de que estaba embarazada de su 'pareja'.
o meu cobertor de orelha,dormir ao seu lado é a minha felicidade te amo muito meu amor
Ángela Calderón, experta en psicología, señaló que aunque para los ojos de la sociedad este comportamiento es errado por estar lejos de la realidad, para la psique de estos personajes es adecuado porque los hace sentir bien y lo aísla de una posible depresión.
Explico que distinto sería si su comportamiento comienza a cambiar afectando todo su entorno, dejando de ser funcional para la sociedad (y) atentando contra su vida y la de los demás.
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Trastornos mentales
Para los expertos, serían varios los trastornos que estarían viviendo quienes están sumergidos en realidades alternas, como la de optar por tener muñecos como compañía o parejas sentimentales.
González enumera, en principio, un cuadro de ansiedad que podría darse por la soledad y no se refleja como una enfermad si no como un síntoma.
También se presentan episodios de trastornos psicóticos, en personas que se van de la realidad y para el resto de su entorno puede que no sea compartida.
Y, finalmente, es posible que la persona viva con esquizofrenia, una de las enfermedades más sospechosas frente a estos temas. Sin embargo esta cuenta con otras características que estos personajes no comparten como: poco interés con otras personas.
González explicó, basándose en los hechos públicos de estas personas, en especial en el caso del colombiano Cristian Montenegro, que podría deberse a un trastorno de la personalidad, que por momentos se va de la realidad y considera que estos objetos inanimados pueden llegar a ser reales.
‘‘Estamos cada vez más solos, cada vez nos comunicamos menos, peor. El contacto humano se está perdiendo y si una salida es darle vida a un objeto para no sentir soledad, funciona’’, sostuvo González.