Y es que...Un madre no se cansa de esperar...
Con una nobleza en su mirada y con lágrimas furtivas, Teresita Gaviria, un rostro que representa las víctimas de la desaparición forzada en Medellín y Colombia canta estas letras mientras recuerda a Cristian Camilo Quiroz Gaviria, su hijo a quien no volvió a ver desde 1998.
El crimen de la desaparición forzada es una herida siempre abierta, dolorosa, un duelo permanente que rompe a las madres que esperan para siempre.
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Que un familiar desaparezca es una tragedia horrorosa para cualquiera, pero que a una madre le desaparezcan forzosamente a su hijo, es la muerte en vida.
Aunque hace 25 años desaparecieron a Cristian Camilo, estudiante de bachillerato de 15 años, en la entrevista se muestra fuerte por su fuero de presidenta de la Asociación Caminos de Esperanza, Madres de la Candelaria, pero cuando menciono a su "niño" la tristeza la nubla...Todavía Teresita llora su ausencia, pero este dolor le da fuerza para seguir buscando al lado de centenares de víctimas que desconocen el paradero de sus seres queridos.
Dice con seguridad que a su muchacho se lo llevaron los paramilitares del Magdalena Medio, encabezados por las ordenes de Ramón Isaza, aunque ellos oficialmente no han reconocido el crimen.
La hipótesis más fuerte, es que interceptaron el carro particular en el que iba Cristian Camilo y los acompañantes , fueron retenidos , los adentraron a la zona rural, les dieron un tiro de gracia y los echaron al río Magdalena , otra hipótesis es que los habían tirado a un lago infestado de caimanes , o que los verdugos los habían desmembrado con una sierra eléctrica.
Pero su mamá necesita una prueba elemental que no ha llegado , unos huesos, unas cenizas , algo que le pruebe que es él y como no ha llegado, por tanto, ella sigue en pena.
Teresita Gaviria, trabaja al lado de más de 886 madres que buscan a mil 176 personas desaparecidas en Antioquia.
A esta madre y líder social la amenazan de muerte, la llaman para insultarla y anunciarle que la van a matar, que sigue en la lista, sin embargo, ella no pierde la fe y sigue sembrando esperanza.
El dato del acumulado histórico sobre desaparición forzada es escalofriante y el pico de este flagelo se dio entre 2000 y 2003, coincidiendo con la arremetida de los grupos paramilitares, ni los huesos, ni las cenizas, esa es la intangible realidad que sufren las víctimas y la barbarie no cesó con la desmovilización de los paras, ahora hay grupos de toda pelambre como las disidencias de las guerrillas, el clan del golfo o la línea.
Sin duda, las madres víctimas del peor horror en Colombia, merecen algo más digno que un discreto acto simbólico, el Estado y la sociedad les adeudamos una respuesta seria.
Teresita recibió el Premio nacional de paz en el año 2006, es embajadora de los derechos humanos, participó en los diálogos de paz en la Habana y tiene un doctorado, piensa seguir en sus caminatas eternas cargando con la foto de su hijo, cargando los carteles que representan a las madres de la candelaria donde reafirman que los quieren de regreso, vivos , libres y en paz.
En este mes de madres, queremos hacerle un homenaje a mujeres que como Teresita Gaviria, quienes siguen esperando que timbre el teléfono fijo de su casa y que sea su hijo o su hija desaparecidos, que un día las abrazaron y prometieron regresaría a casa.
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Al apagar la grabadora, Teresita aún con lágrimas en los ojos, recordó una de sus canciones favoritas que prefiere no escuchar el día de las madres.
El propósito de esta mujer es la reconciliación de víctimas y victimarios en Colombia y explica que el dolor no genera odios sino amigos, de ah í, la tarea que adelantan estas madres en todo el país, dedicadas a llevar el mensaje de la paz y esperanza.
Crónica: Indeleble, homenaje a las madres de los desaparecidos forzados