Durante su reflexión dominical el Papa Francisco rompió el habitual esquema de su discurso e hizo un llamado a todos los católicos del mundo a alejarse del chisme, un hábito que según sus palabras, es obra del diablo.
“Cuando nosotros vemos un error, un defecto o un desliz, de un hermano o una hermana lo primero que hacemos es ir a contárselo a los demás”, expresó.
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Y agregó: “Las habladurías cierran el corazón de la comunidad, cierran la unidad de la iglesia. El gran hablador es el diablo que siempre va diciendo cosas malas de los otros, porque busca desunir a la iglesia. Hagamos un esfuerzo por no chismorrear, el chisme es una peste más fea que el covid”.
El retorno de la iglesia y la protesta
Desde el pasado 3 de septiembre la iglesia de Roma (Italia) regresó a sus cultos presenciales. aunque sin abrazos y con mascarillas, en su primera audiencia al aire libre en seis meses por la pandemia del coronavirus.
"Después de todos estos meses, retomamos nuestro encuentro cara a cara y no pantalla a pantalla", se regocijó el papa argentino, de 83 años, gran adepto al contacto estrecho con los fieles, y obligado desde marzo a transmitir por video su audiencia tradicional de los miércoles.
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Sin embargo, a pesar del retorno de la iglesia, recientemente un millar de personas se manifestaron en el centro de Roma para protestar contra la obligación de vacunar a los niños en edad escolar o de llevar mascarilla en plena pandemia de coronavirus.
"No a la obligación de vacunar, sí a la libertad de elección", "No a las mascarillas en las escuelas, no al distanciamiento", "La libertad personal es inviolable" y "Viva la libertad" eran algunas de las consignas en pancartas. La mayoría de los asistentes no llevaba mascarilla.
Uno de ellos llevaba una foto del papa Francisco con la palabra Satán escrita encima, así como las cifras 666, consideradas símbolo del diablo.