El obispo Richard Bucci, de Estados Unidos, publicó una lista en un periódico con los nombres de 44 de legisladores en la que anunció que les impediría realizar la comunión y tener derechos a otros beneficios espirituales por apoyar la Ley de Privacidad Reproductiva, considerada pro-aborto.
Después de que se conoció el escándalo sobre este tema, Bucci se justificó, pero sus palabras en lugar de apagar las llamas, encendieron mucho más la controversia porque parecía justificar la pedofilia.
"La pedofilia no mata a nadie", pero "el aborto sí", dijo en una entrevista el sacerdote que ejerce sus labores espirituales en Rhode Island, Estados Unidos.
Siguiendo esa idea, agregó que sus palabras no se trataban de meros conceptos morales sino de actos que cualquiera puede comprobar.
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Consultado por NBC 10 News, argumentó que esa decisión quitar los beneficios espirituales a esos políticos se tomaba con base unas tradiciones de más de 2.000 años de antigüedad de la fe cristiana, que no deberían sorprender a nadie.
Además, en dicha entrevista dijo que se basaba en las enseñanzas de la iglesia que explica la Ley Canónica, el Concilio Vaticano II y el Primer Catecismo.
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La representante demócrata estadounidense Carol Hagan McEntee criticó fuertemente las palabras del sacerdotes y dijo que la iglesia tiene que revisarse seriamente, pues en su visión la pedofilia es un acto que ha terminado por destruir tantas vidas como el aborto, ya que varias personas que han sido abusadas han tomado la decisión de suicidarse.
Por estas razones varios políticos pidieron la presencia urgente del papa Francisco en Estados Unidos, pues aseguran que la Iglesia ha llegado a un nivel de degradación insostenible.