Una pequeña de dos años, quien respondía al nombre de Nidaa, había sido reportada como desaparecida en la ciudad de Al-Balina, Egipto. La familia de la niña la buscaba desesperadamente, sin embargo se supo por confesión de sus primos, dos menores de edad, que la habían asesinado y arrojado su cuerpo a un desagüe.
La niña era hija de un conductor, quien había realizado la denuncia de la desaparición de su hija ante el Departamento de Policía de Al-Balina, según reseñó el medio local ‘Al Arabiya’. El hombre le había dado permiso a la menor de jugar frente a la casa, pero luego de 10 minutos, cuando fue a constatar que estaba haciendo, no pudo encontrar a la menor. Los vecinos de la zona no habían visto nada y no podían dar razón de su paradero.
La búsqueda
Al no encontrarse la niña, la hipótesis que se empezó a manejar es que había sido raptada. Con esta idea las autoridades empezaron a realizar la búsqueda, realizando análisis de los videos de las cámaras de seguridad, como también llevando a cabo entrevistas con los residentes del barrio.
En el proceso de investigación, se pudo descubrir que dos primos habían estado jugando con ella minutos antes de que desapareciera.
Los menores fueron entrevistados por la Policía, donde confesaron que habían secuestrado a la niña y habían intentado agredirla sexualmente. Después, la habían llevado hasta un canal de agua, donde la arrojaron.
Los investigadores fueron guiados por los menores al lugar, donde la menor yacía muerta.
El actuar de los menores
Los niños confesaron que tenían miedo de las autoridades, por lo que en un intento por evitar ser juzgados por raptar a la niña, decidieron desparecerla en el canal de agua, según informó el medio ‘Al Arabiya’.
Los primeros resultados de las investigaciones, reseñados por medios locales, indican que los pequeños veían películas pornográficas en un celular. Al parecer, ese habría sido el motivo de su comportamiento.
El padre de uno de los menores fue enviado a la cárcel por decisión del Ministerio Público de Egipto, acusado de negligencia. Por su parte, los chicos, de 8 y 12 años, fueron trasladados a un centro de reclusión para menores mientras se decide qué sanción tendrán.