Se emborrachó, le disparó a su perra y luego juraba que el animal se había intentado matar
En los últimos años, la mayoría de países en el mundo han reglamentado leyes que protegen a los animales de aquellas personas que atentan contra su integridad.
Sin embargo, aún se siguen viendo casos de violencia extrema en contra de indefensas mascotas que tienen la mala suerte de caer en manos equivocadas.
Uno de estos hechos se registró en Estados Unidos donde las autoridades no podían dar crédito a una llamada de auxilio en la cual un hombre manifestaba que su perro se había disparado en la cara.
Creyendo que se trataba de un error o de un problema mental por parte de esta persona, los agentes de policía llegaron incrédulos a una vivienda en Norwalk, allí encontraron a una perra de raza bóxer, que se encontraba en muy mal estado con una bala alojada en la cabeza.
Inmediatamente procedieron a trasladar a Lula a un centro veterinario donde pese a los esfuerzos de los veterinarios, la perrita perdió un ojo y se encuentra en un difícil proceso de recuperación, debido a los fragmentos de bala que le quedaron en la cabeza. La historia despertó mucha solidaridad y se logró recaudar más de 3.000 dólares para su tratamiento y ya existen varias personas interesadas en adoptarla.
Por otra parte, al interrogar al dueño éste aseguró que estaba intentando entrenar a su mascota para que trajera su arma cada vez que se lo requería, y estando en este proceso de enseñanza, el animal por error accionó el arma y terminó herida.
Sin embargo esta historia resultó muy difícil de creer y los policías siguieron insistiendo hasta que este hombre, identificado como George, y que se encontraba en un evidente estado de embriaguez, cambió su historia asegurando que estaba limpiando el arma cuando sin querer ésta se disparó con tan mala suerte que alcanzó a su perra.
Pese a alegar que se trató de un accidente doméstico, las autoridades le imputaron 3 cargos, entre ellos, el de crueldad animal, por el que tendrá que esperar la sentencia de un juez.