A través de un comunicado, el Consejo Académico de la Universidad de Antioquia lamentó la muerte del estudiante Julián Andrés Orrego Álvarez, ocurrida el pasado lunes, 2 de diciembre, tras estallarle una ‘papa bomba’ que tenía en sus manos.
Según las autoridades, el joven, de 21 años de edad, al parecer pertenecía al grupo clandestino delincuencial ‘Jaime Bateman Cayón’, de la extinta guerrilla de las Farc. Pese a esto, insistió el Consejo, “no hay razón para suprimir un hecho básico y valioso: era nuestro estudiante”, y aseguró que su muerte, "nos duele, y nos dolerá siempre".
“Esta vez tenemos mucho más que dificultades académicas, calendarios que se complican, programas que esperan, déficit presupuestal, discusiones pendientes o críticas sin responder. Esta vez se trata del hecho más doloroso para la universidad: la pérdida de una vida de manera súbita y violenta”, añade el texto.
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Asimismo, el Consejo Académico rechazó cualquier acto violento, e hizo un llamado a los docentes y estudiantes, para hacer un esfuerzo adicional “por fortalecer en los momentos de desacuerdo un compromiso con la construcción de paz, para que procuremos tomar decisiones meditadas, críticas y autónomas sobre la universidad que queremos”.
Los hechos que le costaron la vida al estudiante ocurrieron en la calle 67 - Barranquilla, justo a la afueras del claustro universitario. La Policía adelanta las investigaciones para determinar de dónde provenían los explosivos.
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Julián Andrés Orrego, de 21 años de edad, era estudiante de Licenciatura en Educación Física y Deportes. Su deceso se produjo en el Hospital Universitario San Vicente Fundación de Medellín, a donde ingresó con quemaduras en el lado izquierdo de su cuerpo.
Pese a ser intervenido quirúrgicamente, falleció debido a la gravedad de las lesiones producidas por el artefacto explosivo de fabricación artesanal.