Un niño, entre los diez cuerpos de falsos positivos exhumados en Dabeiba
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) suma diez cuerpos exhumados en dos días de labores, en el cementerio de Dabeiba, departamento de Antioquia. Si embargo, entre todo lo malo de este caso, lo peor es que fue encontrado de cuerpo de un niño, entre los restos de personas que fueron presentadas como dadas de baja en combates.
El menor tendría entre siete y diez años de edad y junto a él, hallaron los retos de personas con botas de caucho. Uno de los cuerpos presenta en su cráneo "una herida de arma de fuego y tres proyectiles", según indicó la JEP.
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Funcionarios de la Unidad de Investigación y Acusación avanzaron en la exhumación en tres puntos del cementerio, todo gracias a la información de un testigo clave, un exmilitar que participó en los hechos.
Todos los restos serán entregados a Medicina Legal para su posterior identificación, sin embargo, según la información que la JEP tiene, en el cementerio de Dabeiba se encontrarían los restos de más de 50 personas presentadas ilegítimamente como bajas en combate y en al menos 18 lugares del país se repetiría la historia.
La JEP detalló que las víctimas al parecer vivían en Medellín, capital de Antioquia, y algunos de ellos al parecer estaban "en condición de discapacidad".
Hasta el momento, la Fiscalía ha investigado cerca de 5.000 casos de "falsos positivos" que implican a unos 1.500 militares y que fueron cometidos entre 1988 y 2014.
Los pocos condenados por estos hechos son en su mayoría soldados o suboficiales, pero no oficiales de alto rango.
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Cabe resaltar, que, en diciembre del 2019 la revista Semana reveló apartes del testimonio de un soldado de apellido Buitrago que indicó a la JEP cómo se habrían realizado las ejecuciones extrajudiciales de personas inocentes en medio del conflicto armado de Colombia, un capítulo oscuro de la historia del país.
“Los asesinaban con disparos de fusil, casi siempre en la cabeza y en el pecho, y luego los vestían con sudaderas, camisas y buzos negros y botas de caucho. Reportaban las muertes en zonas altas de difícil acceso y riesgosa seguridad, para que la Fiscalía no pudiera entrar al lugar y permitiera que el Ejército hiciera los levantamientos de los cadáveres. Un soldado verificaba que no se les pasaran irregularidades muy visibles: que los orificios de entrada de las balas coincidieran con los huecos en la ropa, que el calzado estuviera en el pie que correspondía”, indicó el testigo cuando testificó ante la JEP.