Joan Sebastián Quintero Múnera, un estudiante de la Universidad Colegio Mayor del Cauca murió en medio de los choques entre manifestantes y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), registrados en la tarde del viernes en el sur de la ciudad de Popayán, en medio de manifestaciones en contra de la fuerza publica.
El joven de 27 años de edad fue impactado por una granada aturdidora a la altura del cuello, la cual le provocó una herida abierta que le afectó una arteria.
Personal de la brigada de salud que se encontraba acompañando las manifestaciones le prestaron los primeros auxilios y luego fue llevado hasta el Hospital Susana López de Valencia.
El universitario alcanzó a ser ingresado al área de cirugía pero minutos después falleció, convirtiéndose en el primer caso de muerte reportado durante los 16 días de protestas que ha vivido el departamento del Cauca.
Lea también: CIDH solicita visita de trabajo a Colombia por denuncias de violaciones a DDHH
De igual forma, las organizaciones de derechos humanos reportaron que por lo menos unos 18 civiles resultaron heridos y también cuatro uniformados.
Los choques más fuertes se registraron en cercanías de las instalaciones de la URI de la Fiscalía al sur de la capital caucana, en donde varias de las personas que llegaron marchando, empezaron a lanzar piedras y bombas incendiarias, lo que produjo la reacción de las autoridades.
Una vez empezaron los enfrentamientos, se prolongaron por varias horas y al final el Esmad se retiró del sitio aparentemente al quedarse sin municiones, por lo que decenas de encapuchados aprovecharon para ingresar al lugar, destruir los equipos que encontraron y posteriormente le prendieron fuego a las oficinas.
Encuentre aquí: Joven se suicidó tras denunciar que fue abusada sexualmente por policías en Popayán
Los manifestantes también llegaron hasta el parqueadero de la casona y procedieron a sacar las motocicletas que habían en el sitio para incinerarlas.
Lo mismo hicieron con varios carros, lo que puso en riesgo a viviendas que están cercanas a la URI. La intervención de defensores de derechos humanos permitió que al lugar pudieran llegar unidades del cuerpo de bomberos, quienes controlaron tres focos de incendio evitando que el fuego se propagara a las casas del sector.