El regreso de Uber a Colombia dejó más dudas que certezas, pues bajo la nueva modalidad en que funciona, donde se presenta solamente como un intermediario para que un pasajero y un conductor celebren un contrato de transporte, parece dejar muy vulnerable a ambos actores en materia de conflictos.
Para el profesor de derecho económico de la universidad Externado, Daniel Alejandro Monroy, el regreso de esa plataforma al país es legítimo, pero existe una discusión de fondo que resulta altamente compleja.
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En entrevista con RCN Radio Monroy aseguró que lo primero que la gente debe entender es que esa empresa solamente conecta a usuarios y conductores sin asumir ninguna responsabilidad frente a ellos. “En ese sentido, entre Uber mejor haga las cosas o atienda las quejas de los usuarios peor le podría ir”.
Afirmó que si esa plataforma se vuelve intermediario de conflictos, básicamente estaría funcionando como el modelo anterior, que lo hizo salir de Colombia en Febrero por el fallo de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIT).
“Todos los pormenores que se den en el proceso de transporte, que además es completamente legal en Colombia desde hace años, serán responsabilidades que se van a tener que repartir los usuarios (arrendatarios) y los conductores (arrendadores)”.
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En ese sentido, indica que en un caso hipotético, en que se de una violación al interior de un vehículo contratado a través de Uber, el que tendría que responder es el conductor, pues esa plataforma estaría eximida básicamente de toda la responsabilidad.
A pesar de que especifica que las plataformas tienen que tener un registro de los usuarios y pasajeros que toman su servicio, su participación en los aumentos de tarifas o abusos o agresiones que reciban los conductores terminaría afectando enormemente la actividad comercial de Uber.