Bendición universal del papa no fue cuestión de católicos sino de la humanidad: jesuita
El sacerdote jesuita, Mario Rivera, analizó el acto del Papa Francisco de otorgar la indulgencia universal por el coronavirus al mundo, y expresó que eso fue una muestra de unión con toda la humanidad, es decir, con todas las religiones.
“A nivel de teología, cuando él (Papa Francisco) empezó la oración del Santísimo, había imágenes de una fecha y esa es la del Concilio del Vaticano II que es cuando la Iglesia se abre al mundo, se abre a las otras religiones y ahí el Papa quiso decirnos que esto no es una cosa cerrada de católicos sino de toda la humanidad para pedir ayuda”, aseguró
De esta manera, el Papa Francisco, “quiso mostrar esa preocupación personal por los que están enfermos, temerosos” en el mundo pero también en Italia ya que ese es el país más afectado actualmente en Europa por el nuevo coronavirus.
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El también profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana indicó que el único que puede tomar la decisión de ofrecer la bendición Urbi et orbi, que traduce “de la ciudad y del mundo” o “de la ciudad para el mundo”, es el Papa y que además esta solo se ora el domingo de pascua, el día de la Navidad y cuando el Papa es elegido.
Además, este acto beneficia a todos ya que no se necesitó estar presente en el sitio sino que únicamente con el uso de los medios de comunicación se accedió a la bendición.
“No necesita estar presente en el sitio, los medios pueden estar presentes espiritualmente y la versión es eficaz”, dijo el sacerdote.
Finalmente, consideró que ver la Plaza San Pedro sola, lloviendo y al caer la tarde desoladas y silenciosas, reflejó lo que casi todo el mundo está sintiendo.
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“Es un símbolo perfecto de lo que estamos viviendo, algo sombrío, la soledad, silencio. El Papa también llegó sencillo solo, sin cosas, y estando en el estrado solo él y su maestro de ceremonia. Este no era un espacio para hablar de dignidad y fuerza eclesial, solo para estar cercano al que sufre”, concluyó.