Uno de los libros más vendidos en Inglaterra esta semana narra la trágica historia de una niña víctima de abusos durante su permanencia en un convento, pero lo impactante de dicha publicación es que todo pasó en la vida real.
Marie Hargreaves, decidió contar los traumáticos episodios de su niñez tras luchar por muchos años con el estigma de haber sido agredida física y psicológicamente por una monja cuando tan solo tenía cinco años.
En el texto Hargreaves cuenta que ella era la mayor de seis hermanos, y que en su hogar reinaba el hambre y la extrema pobreza.
Lea aquí: Escondió el cadáver de su abuela dentro de un congelador para cobrar la pensión
Ante la terrible situación que vivían, sus padres pidieron ayuda a los servicios sociales con la esperanza de recibir algo de alimentación y ropa para sus niños, sin embargo, las personas que verificaron su condición les propusieron llevarse a sus dos hijos mayores a un convento, donde además de ser alimentados, también serían educados.
A Marie y a su hermano Freddie se les comunicó que se irían de ‘vacaciones’ por unos meses con dos extrañas señoras. La mujer que ahora tienen 60 años, reveló que se sintió muy emocionada sin saber que realmente en ese momento iniciaría su peor pesadilla.
“Nos llevaron hasta una enorme casa. En la puerta nos recibió una monja con hábito negro. Tuve un mal presentimiento tan pronto como la vi, y miré a mi alrededor para ver si podía agarrar la mano de Freddie y correr, pero a nuestro alrededor había mucha gente y era imposible escapar”, describió Marie.
La mujer detalla que apenas llegó la arrastraron hasta un baño donde un grupo de niñas de 12 y 13 años la desnudaron, y a empujones la bañaron. Luego una monja procedió a cortarle por completo su cabello.
La niña debía dormir en un pequeño colchón dentro de una húmeda habitación, y todos los días la despertaban a las 6 de la mañana para que fregara los suelos del convento. “Estaba tan agotada a la hora del desayuno que sentí que mi cuerpo colapsaría en cualquier momento'', relató.
Luego de no saber nada de su hermano por varias semanas, Marie lo vio y sin dudarlo corrió hasta donde él se encontraba, y con emoción le dio un beso; pero su gesto de alegría por ver a Freddie le costó caro. Una monja que presenció el momento, la hermana Isobel, la sujetó con fuerza y la llevó hasta una habitación donde cinco adolescentes la golpearon sin compasión, y además abusaron de ella sexualmente.
Le puede interesar: ¡No sabía que estaba embarazada! Mujer creía que tenía cálculo renal pero estaba en trabajo de parto
“Me agaché en la cama, boca abajo, pero las chicas me dieron la vuelta y me sujetaron los brazos a los costados. Grité cuando me golpearon el pecho y las piernas. Pero, para mi horror, una de las niñas levantó mi falda y comenzó a frotar un perchero contra mi ropa interior. Comencé a vomitar y casi me ahogaba ya que no podía levantar la cabeza”, escribió la mujer.
A partir de ese día, Marie fue abusada sexualmente la mayoría de las noches por las chicas mayores en su dormitorio. “Ellas también me obligaban a tocarlas. Me sentía asquerosa”.
Hasta la hermana Isobel abusó de ella a solas. “'Un día ella levantó mi falda y apartó mi ropa interior para frotar el mismo perchero en mis partes íntimas”.
Luego de tres años de abusos y tortura, la angustiada niña recibió la grandiosa noticia de que el convento sería cerrado.
Ella y su hermano regresaron a casa, pero por miedo a que su padres la echaran, prefirió no contarles todo lo que le había pasado.
Hargreaves se casó a los 18 años y tuvo tres hijos: Lee y los gemelos Michael y Michelle. El matrimonio fracasó, pero ella se casó de nuevo unos años más tarde con su alma gemela, Jack, con quien vivió felizmente hasta su muerte en 2010.
En 2015, Marie fue contactada por la policía que investigaba las denuncias de abuso contra la hermana Isobel y el convento.
Lea también: El drama de un hombre que fue violado por su esposa durante 10 años
“No fue sorpresa para mi enterarme que más niños sufrieron abusos por parte de esa monja. Los investigadores me interrogaron pero no pude hablarles de los abusos sexuales. En ese momento jamás le había contado esa pesadilla a nadie”, exclamó la mujer.
Pocos meses después, la ahora escritora, se enteró que Isobel había fallecido y que ya no enfrentaría la justicia. “Cuando supe sobre su muerte sentí que ahora si podía revelarles a mi familia y amigos toda la verdad, y al hacer publica mi historia, logré que muchas personas más se motivaran a hablar sobre los crímenes que cometió esa monja”.