Mientras que el silencio de las autoridades predomina, defensores de derechos humanos, en Antioquia alertan por la violencia del Bajo Cauca antioqueño.
Como consecuencia de ellos, en las últimas horas, cuatro personas fueron asesinadas en e corregimiento El Doce, jurisdicción del municipio de Tarazá.
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Así lo dio a conocer Óscar Yesid Zapata, director de la fundación Sumapaz, quien informó que si bien, los hechos se generaron el pasado sábado a las 9:00 de la noche, apenas hasta este lunes se pudo conocer un reporte oficial.
Zapata indicó que las cuatro personas muertas es el producto de reiterados enfrentamientos entre el Clan del Golfo y el ELN.
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Las víctimas fueron identificadas como Cristian Arroyo, Carlos Alberto Ramos e Iván Beltrán y, otras más que hasta el momento no ha sido identificadas.
De acuerdo con el director de la fundación Sumapaz, los hechos podrían estar relacionados con la misma situación que no solo se presenta en Tarazá, sino en otros municipios como Cáceres, y que tienen injerencia con el nordeste antioqueño
Hasta el momento, la Policía Nacional, ni el Ejército se pronuncian frente a la situación que deja cuatro muertos en el Bajo Cauca antioqueño.
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En las últimas horas fue confirmada la muerte de Xiomara Agudelo, de 25 años, al parecer, luego de someterse a una liposucción en un centro estético del municipio de San Rafael.
Según testimonios de los familiares, la joven fue intervenida cinco días atrás, por una médica que se desplazaba desde Medellín para realizar cirugías en un establecimiento que, en principio, ofrecía tratamientos no invasivos.
Desde el cuarto día posterior a la cirugía, Xiomara comenzó a experimentar síntomas alarmantes como náuseas intensas, fiebre alta y una palidez preocupante. Al comunicar estos signos al centro estético, sus inquietudes fueron desestimadas de manera irresponsable. El personal médico minimizó la gravedad de la situación, calificando los síntomas como 'normales' dentro del proceso de recuperación, a pesar del evidente deterioro de su salud.
La perforación intestinal durante la operación habría desencadenado una infección severa que, a pesar de los esfuerzos médicos, resultó fatal.
Lo más alarmante es que el caso de Xiomara no sería aislado. Al menos 20 mujeres habrían sido sometidas a procedimientos similares en este mismo establecimiento, que carecía de las condiciones adecuadas para realizar cirugías invasivas.