William Salazar tiene bóveda con su nombre, luego de 20 años de estar inhumado como NN

William Salazar nació el 20 de febrero de 1969 en Granada, en el Oriente de Antioquia. Vivía en la vereda La Linda y desde los 13 años se dedicaba a la agricultura, sembraba café, caña, maíz, frijol, yuca y plátano, y en sus tiempos libres participaba en actividades comunitarias de su territorio.  

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El 20 de octubre de 2004, William salió de su casa y no regresó más. A Luz Dary, su esposa, le contaron que él estaba entre los dos campesinos que fueron asesinados y trasladados al pueblo. Pero, la presencia de grupos armados, no le permitió trasladarse de inmediato para reconocerlo, así que fue inhumado como persona no identificada.  

''Yo a los ocho días de que a él lo habían matado yo vine, fui al cementerio, le dije al sepulturero que dónde había quedado mi esposo. Él me mostró y yo en ese momento cogí un marcador y le hice una flechita, para que cuando yo recuperara esos huesitos, saber dónde estaban'', narró la esposa de William.  

Luz Dary pudo recibir su cuerpo gracias a que la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas intervino el cementerio de Granada a finales del 2002, en desarrollo del Plan de Búsqueda del Oriente antioqueño.  

Paulo Serna, coordinador de la Regional Noroccidente de esta entidad, describió que, ''el cuerpo de William Salazar es uno de los tres cuerpos recuperados en el cementerio de Granada. Con una identidad orientada, gracias a la investigación humanitaria y extrajudicial realizada por nuestros investigadores que cotejando las necropsias, los aportantes de información, lograron que Medicina Legal con un proceso mucho más expedito pueda hallar la identidad plena''. 

Gracias a esas labores, después de 20 años, la esposa de William y las tres hijas: Yury Alejandra, Camila y Viviana, pudieron tener certeza de que visitaban a su papá.  

''Yo recuerdo a mi papá que era un hombre espectacular, un hermoso papá, el cariño que nos daba era inmenso. Era amigable, amable, quería a toda su familia. Yo me siento feliz, con nostalgia, pero no tanta nostalgia sino felicidad porque después de 20 años nuestro sueño se hizo realidad. Pudimos saber que sí era mi papá, y que vamos a tener a dónde ir a visitarlo, saludarlo, donde quiera que esté yo sé que me va a escuchar'',  detalló Viviana Salazar, en medio de la entrega del cuerpo de su papá, que se dio en Granada el 18 de junio. Ella solo pudo disfrutarlo por nueve años.  

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De acuerdo con la Unidad de Búsqueda, en el Oriente antioqueño hay registro de 3.152 personas dadas por desaparecidas.