
“No es aceptable que el odio siga cobrando vidas”: rechazo de Forjando Futuros al asesinato de Sara Millerey
Siguen las voces de rechazo por el crimen de Sara Millerey González, la joven trans de 32 años de edad quien fue torturada y arrojada viva a una quebrada en el municipio de Bello.
Esta vez, la Fundación Forjando Futuros rechazó el hecho y aseguró que se trata de un crimen que no solo estremece, sino que “nos confronta como sociedad”.
“No es aceptable que en pleno 2025 sigamos contando víctimas por su identidad de género. No es aceptable que el odio siga cobrando vidas, mientras muchas de estas violencias permanecen en la impunidad. Sara no es un caso aislado: es una muestra más del abandono, el estigma y la violencia que enfrentan las personas trans en nuestro país, y especialmente en nuestro departamento”, dijo la Fundación en un comunicado.
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Añadió que exigen justicia para Sara Millerey y para las otras 23 víctimas de crímenes “motivados por prejuicios que han ocurrido este año en Colombia. No podemos permitir que estos hechos se normalicen o queden silenciados”.
Dijo Forjando Futuros que acompaña a la familia de la víctima, a sus conocidos y a las organizaciones y personas que alzan su voz en contra de estos hechos.
Por su parte, el secretario de la Paz y Derechos Humanos de la Alcaldía de Medellín, Carlos Arcila Valencia, también rechazó este asesinato y aseguró que el hecho “no solo enluta a una comunidad, sino que también evidencia las múltiples violencias y discriminaciones que aún persisten contra las personas trans en nuestro país”.
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“Nos solidarizamos con su familia, amigos y con toda la comunidad LGBTIQ+, reafirmando nuestro compromiso con la defensa de la vida, la dignidad humana y los derechos de todas las personas, sin distinción alguna por su identidad o expresión de género”, agregó.
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Autoridades removieron ocho construcciones ilegales en San Antonio de Prado
Durante un operativo de la Alcaldía de Medellín fueron removidas ocho construcciones ilegales, ubicadas en el corregimiento de San Antonio de Prado.
Según la administración distrital, el operativo se realizó en pro de la verificación del uso del suelo, la protección ambiental y el cumplimiento de la normativa urbanística.
En el recorrido se identificaron seis viviendas en el sector La Montañita, 14 en el de Acapulco y nueve en la zona conocida como La Florida, todas construidas sin licencias y en lugares no aptos para edificar, como retiros de quebrada. También se evidenció la ocupación de suelo rural suburbano, donde solo se supera el número máximo de unidades de viviendas generando afectaciones a la estructura ecológica.
Carlos Alberto Trujillo Vergara, subsecretario de Control Urbanístico, aseguró que se intervinieron, aproximadamente, 4.400 metros cuadrados (media hectárea), es decir, algo más de media cancha de fútbol profesional. Allí solo se pueden edificar hasta cinco viviendas. Sin embargo, se encontraron más de 20 construcciones sin permisos legales.
“Para el Distrito lo más importante es proteger la vida de las familias. En el marco de estos operativos se encontraron unas familias en territorios que no debían ser ocupados, por el riesgo que implica para sus vidas. Este año en el corregimiento hemos desarrollado 45 remociones y recuperado alrededor de 800 metros cuadrados de espacio público, gracias a la articulación con la Policía Nacional, Ejército y Fiscalía”, añadió el funcionario.
Además de las remociones, durante el operativo se realizaron 100 informes técnicos, insumo para que la corregiduría inicie procedimientos sancionatorios a quienes construyen de forma ilegal, sin licencia o incumpliendo las normas urbanísticas.
También se identificaron construcciones levantadas bajo la figura de proindiviso (dos o más personas comparten una propiedad), una modalidad utilizada de forma irregular para vender y fragmentar terrenos sin cumplir los requisitos legales. “Este tipo de prácticas alimenta la expansión informal y pone en riesgo a quienes compran o edifican en zonas no autorizadas”, señaló el subsecretario de Control Urbanístico.
Las reglas para el aprovechamiento de la tierra, según su clasificación, están contempladas en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
En el caso de los corregimientos predomina el uso rural y el suburbano, por lo cual se restringe las áreas para el desarrollo urbanístico y el número de unidades de vivienda, dado que son espacios para conservar la naturaleza, proteger fuentes hídricas y evitar riesgos geotécnicos.