Las autoridades estadounidenses incautaron el avión presidencial del líder venezolano, Nicolás Maduro, enviando la aeronave al estado de Florida este lunes. La incautación se llevó a cabo tras determinar que la adquisición del avión violaba sanciones impuestas por Estados Unidos, además de estar involucrado en otros asuntos criminales. Dos funcionarios estadounidenses confirmaron la acción, describiéndola como una medida histórica en la aplicación de la ley internacional.
El avión, valorado en aproximadamente 13 millones de dólares, había estado estacionado en la República Dominicana durante los últimos meses. Según los informes, varias agencias federales, incluido el Departamento de Seguridad Nacional, el Departamento de Comercio, la Oficina de Industria y Seguridad y el Departamento de Justicia, participaron en la operación. Los funcionarios estadounidenses colaboraron estrechamente con las autoridades dominicanas, quienes notificaron a Venezuela sobre la incautación.
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Esta acción es el último episodio en una prolongada serie de conflictos entre Washington y Caracas, y se enmarca en las investigaciones en curso del gobierno de Estados Unidos sobre las prácticas corruptas del régimen de Maduro. El avión, descrito por funcionarios como el equivalente venezolano del Air Force One, ha sido fotografiado en visitas de Estado realizadas por Maduro en varias partes del mundo. Su incautación marca un hito en las investigaciones sobre el gobierno venezolano, con un claro mensaje de que "nadie está por encima de la ley, nadie está fuera del alcance de las sanciones estadounidenses", según uno de los funcionarios citados por CNN.
La situación en Venezuela ha tenido repercusiones significativas para la política de Estados Unidos, ya que la crisis económica y humanitaria ha forzado a millones de venezolanos a huir del país, muchos de ellos buscando refugio en la frontera entre Estados Unidos y México. Durante años, los funcionarios estadounidenses han trabajado para interrumpir el flujo de miles de millones de dólares que nutren las arcas del régimen de Maduro. Las investigaciones han resultado en la incautación de múltiples bienes de lujo, incluyendo vehículos, caballos purasangre y otros activos que se dirigían hacia Venezuela.
El próximo paso en este proceso será buscar la confiscación definitiva del avión en territorio estadounidense, aunque el gobierno venezolano tendrá la oportunidad de solicitar su devolución. Esta medida llega en un momento de creciente presión de Estados Unidos sobre el régimen de Maduro, especialmente después de que Washington exigiera la divulgación inmediata de datos detallados de los resultados de la reciente elección presidencial venezolana, cuestionando la legitimidad de la victoria de Maduro.
A principios de año, Estados Unidos reimpuso sanciones sobre los sectores petrolero y gasífero de Venezuela en respuesta a lo que considera la negativa del gobierno de Maduro a permitir una elección inclusiva y competitiva. "Vemos a estos funcionarios y al régimen de Maduro básicamente saqueando al pueblo venezolano para su propio beneficio", afirmó un funcionario estadounidense.