JEP entregó los cuerpos de dos víctimas de desaparición forzada hallados en cementerio de Turbo
Ana María Martínez salió de su casa en Apartadó (Antioquia) el 12 de abril de 2008, con destino a Villa del Rosario (Santander), persiguiendo una oferta de trabajo. Ese fue el último día que su mamá, Luz Marina Castañeda, la vio con vida. Tras 16 años de búsqueda, ahora tiene los restos fúnebres de su hija, que fueron recuperados en el cementerio de Turbo y entregados de manera digna por la JEP, para así no sentir la incertidumbre diaria, darle sepultura, y contar con la certeza del paradero de Ana María y su hermano, también entregado por la Jurisdicción.
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La identificación de Ana María Martínez Castañeda, así como la de Fernando de Jesús Pérez Cardona, se dio en el marco de la medida cautelar adoptada por la Sección de Reconocimiento para proteger diferentes puntos del Cementerio Municipal de Turbo, ya que allí se podrían hallar víctimas de desaparición forzada.
Luz Marina se presentó al lugar en medio del inicio de una intervención ordenada debido a las obras de mantenimiento y remodelación que ponían en riesgo la identificación de posibles víctimas. Allí le dio a conocer su caso a la JEP y le contó en detalle sobre la desaparición de su hija y de su hermano, y posteriormente los magistrados Alejandro Ramelli Arteaga y Gustavo Salazar la escucharon en diligencia de entrevista.
La mamá de Ana María contó que tenía información de que sus familiares estaban en el cementerio de Turbo, pero no podía confirmarlo porque nunca vio los cuerpos, solo algunas fotos que no le ayudaron a reconocerlos.
Ana María y Fernando, de acuerdo con la JEP, fueron asesinados por un grupo armado al margen de la ley, y las características físicas reportadas no coincidían con las de sus seres queridos y, a pesar de una orden judicial de la Fiscalía, nunca le tomaron la muestra ADN.
Años después, cuando los cuerpos de estas dos víctimas llegaron a Turbo desde Norte de Santander, donde fueron encontrados, la administración del cementerio los exhumó y trasladó a unos osarios.
Finalmente, en enero de 2024, Medicina Legal confirmó que los cuerpos hallados en las fosas 01 y 02 eran los de Fernando de Jesús Pérez Cardona y Ana María Martínez Castañeda.
Según lo expuesto por la JEP, Ana María llegó donde su tío, Fernando de Jesús, a Villa del Rosario donde este residía desde hace más de cinco años. Él la esperaba para acompañarla hasta la vereda Juan Frío, donde ella se establecería por un tiempo para trabajar. Justo en ese trayecto, ambos desaparecieron. Cinco días después, el 17 de abril de 2008, sus cuerpos fueron encontrados en una trocha que conecta a Norte de Santander con Venezuela.
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Ambas víctimas fueron reconocidas por cercanos a Fernando, pero a Luz Marina nunca le realizaron las pruebas de ADN ordenadas por la Fiscalía para poder reclamarlos. Ahora, después de 16 años, los pudo recibir en una ceremonia realizada en la Universidad de Antioquia, sede Tulenapa en Carepa (Antioquia).
La @JEP_Colombia entregó los cuerpos de Ana María Martínez y de su tío Fernando de Jesús Pérez. Luz Marina Castañeda estuvo buscando a su hija desde el 12 de abril de 2008 que salió de su casa en Apartadó persiguiendo una promesa de trabajo en Villa del Rosario (Santander). pic.twitter.com/rLjFvEXdsS
— RCN Radio Medellín (@RCNMedellin944) May 21, 2024