Iglesia Católica entregará ayudas humanitarias a desplazados de Chambacú y Doidó, Chocó

Debido a los confinamientos y enfrentamientos en el Chocó por los enfrentamientos entre el ELN y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), las víctimas de estos y otros flagelos requieren ayuda humanitaria, la cual está siendo gestionada por diferentes entidades y organizaciones, entre ellas está la Iglesia Católica.

Le puede interesar: Refuerzan operativos para combatir al Clan del Golfo en Segovia, Antioquia

Monseñor Mario de Jesús Álvarez, el obispo de la Diócesis de Quibdó Istmina Tadó, indicó que como Iglesia Católica están trabajando por el objetivo de entregar una ayuda humanitaria inmediata a los desplazados de Chambacú (Sipí) y Doidó (Istmina). Apoyos que pretendían brindar desde el lunes, pero no pudieron llegar hasta allí. 

Estas poblaciones requieren estas ayudas debido a que, desde hace unos días, se reanudaron los enfrentamientos entre el ELN y las AGC en ese territorio, situación que no es nueva pues en Chambacú y Doidó sus pobladores se enfrentan a desplazamientos forzados y confinamientos desde hace aproximadamente dos años.

Por ejemplo, en julio del 2023 se conoció que un hombre de 50 años de edad murió, y su hijo de 13 años de edad quedó herido, por quedar atrapados en medio de enfrentamientos que se sostuvieron en Chambacú entre estos grupos armados por unas tres horas. 

Desde la semana pasada la Defensoría del Pueblo señaló que alrededor de 40 familias de Chambacú, compuestas por 31 adultos, 28 menores de edad y cuatro madres lactantes, tuvieron que abandonar sus hogares por los combates entre estos grupos armados ilegales, trasladándose hacia Negría, cerca a Istmina. Alerta que también fue emitida por Doidó, pues en ese caserío también se vieron afectados por los enfrentamientos. 

Le puede interesar: A cinco ascienden los militares muertos tras combates con el Clan del Golfo en Antioquia

También es importante recordar que desde que el 9 de febrero el ELN informó sobre la imposición de un bloqueo armado en Chocó, y posterior a ello el obispo Mario Álvarez pidió a los grupos armados cesar las hostilidades, exponiendo que por esta situación escaseaban los medicamentos en el departamento y había pocos alimentos porque los campesinos no podían salir de sus casas para trabajar la tierra.