Los saqueos y la violencia que sacuden a Sudáfrica desde hace varios días tras la detención del expresidente Jacob Zuma ya han provocado 32 muertos y no parecen ceder, a pesar del inicio del despliegue de soldados en las provincias afectadas.
El presidente Cyril Ramaphosa anunció el lunes el envío de tropas para auxiliar a una policía desbordada por los disturbios y "restaurar el orden".
Pero mientras tanto, el balance de víctimas fatales continúa aumentando. Un total de 26 personas murieron en la provincia de Kwazulu-Natal (este), precisó el primer ministro regional Sihle Zikalala a la prensa.
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A ellas se añaden seis que perdieron la vida en zonas cercanas a Johannesburgo, informó el lunes por la noche Ramaphosa.
Zikalala indicó que varias de las muertes tuvieron lugar en "estampidas en ese contexto de disturbios", sin precisar un lugar.
Los primeros incidentes, con rutas bloqueadas y camiones incendiados, se produjeron el viernes, al día siguiente del encarcelamiento de Zuma, condenado a una pena de prisión en firme por desacato a la justicia.
Los hechos de violencia se propagaron luego durante el fin de semana en la aglomeración de Johannesburgo, capital económica del país.
Los incidentes continuaron en la noche del lunes a martes, constataron varios periodistas de la AFP, especialmente en Soweto, inmenso township (áreas desfavorecidas reservadas a personas "no blancas") al oeste de Johannesburgo.
Más de 750 detenidos
Al menos 757 personas fueron detenidas, afirmó este martes el ministro a cargo de las fuerzas de seguridad, Bheki Cele, en una conferencia de prensa en la que destacó que la mayoría de los arrestos ocurrieron en Johannesburgo.
En una declaración optimista, el ministro aseguró que la policía garantizaría que la situación "no se deteriore aún más", aunque mientras tanto continuaban los saqueos de tiendas en Johannesburgo y Pietermaritzburgo, la capital de la provincia de Kwazulu-Natal.
El martes en la mañana, decenas de mujeres -algunas vistiendo saltos de cama-, hombres y niños irrumpieron en las cámaras frigoríficas de la carnicería Roots en la plaza Diepkloof de Soweto y salieron de ellas con pesadas cajas de carne congelada sobre sus hombros o cabezas.
Un único custodio privado permaneció en el lugar mientras intentaba comunicarse por teléfono, presuntamente para pedir refuerzos.
La policía recién llegó unas tres horas más tarde y disparó balas de goma.
Al anunciar el despliegue de militares el lunes por la noche, el presidente Ramaphosa dijo que era de "vital importancia que restauremos la calma y estabilidad sin demoras en todas partes de país".
"La senda de la violencia, los saqueos y anarquía solo lleva a más violencia y devastación", advirtió.
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"Lo que estamos viendo ahora son oportunistas actos de criminalidad, con grupos de personas instigando al caos meramente para encubrir saqueos y robos", agregó.
"No hay agravio ni ninguna razón política que puedan justificar la violencia y destrucción", dijo, cuando su predecesor Zuma pasaba su sexta noche tras las rejas.
Zuma, de 79 años y presidente entre 2009 y 2018, fue condenado por desacato a la justicia a finales de junio por el Tribunal Constitucional.
El lunes, este tribunal celebró una audiencia de diez horas de duración en la que los abogados de Zuma pidieron que se revea la sentencia. La corte se reservó su respuesta para una fecha posterior no precisada.